En el día a día laboral, cortar cartón, láminas, flejes de plástico, cinta adhesiva, tejidos o espuma forma parte del trabajo cotidiano, ya sea en la recepción de mercancías, la fabricación, el almacén o la obra. Sin embargo, cuando se trata de la seguridad y la eficiencia en el lugar de trabajo, las opiniones difieren: «Las hojas afiladas deben ser más peligrosas... ¿o no?». La respuesta sorprende a muchos: estudios, pruebas prácticas y conocimientos ergonómicos demuestran que una hoja afilada no solo es la opción más eficiente, sino también la más segura.
Las hojas afiladas cortan el material de forma más limpia y precisa.
En primer lugar, la eficiencia: una hoja afilada corta el material de forma uniforme y controlada. Las láminas y cintas no se deshilachan, los embalajes no se rompen y los materiales aislantes o textiles mantienen sus dimensiones. El resultado: bordes de corte limpios, menos desperdicio y tiempos de procesamiento más rápidos. Especialmente en sectores con altas frecuencias de corte, como la recepción de mercancías, la preparación de pedidos o la eliminación de residuos, esto supone una ventaja cuantificable en términos de productividad. Porque puedes trabajar mejor y de forma más eficiente. Se elimina la necesidad de recortar con frecuencia.
Por el contrario, una hoja roma «raspa» y aplasta el material, si es que logra atravesarlo.
Así, estudios realizados en el ámbito de la ingeniería de materiales demuestran que los filos romos dañan la estructura fibrosa de materiales como el cartón, las láminas o los tejidos. Una investigación de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) demostró que la fuerza de corte aumenta exponencialmente a medida que aumenta el desgaste, y que la calidad de los bordes disminuye de forma apreciable.
En la industria del embalaje se ha observado que, con cuchillas desafiladas, la tasa de errores (por ejemplo, rasgaduras en lugar de cortar) es hasta un 40 % mayor (fuente: Packaging Technology and Science Journal, 2020).
Las hojas afiladas requieren menos fuerza.
Cuanto más afilada sea la hoja, menos fuerza habrá que ejercer. Esto no solo aumenta la precisión, sino que, sobre todo, reduce el esfuerzo físico.
En un estudio ergonómico realizado por Marsot et al. (Applied Ergonomics, 2014) se demostró que, en total, con cuchillos afilados se necesita aproximadamente un 60 % menos de fuerza de corte. Esto se traduce en menos esfuerzo muscular, menos fatiga, especialmente a frecuencias de corte más altas, y una menor tasa de errores al cortar.
En concreto, los estudios parten de estas diferencias:
(Hoja afilada frente a hoja desafilada o desafilada de fábrica; se han descartado otros factores influyentes, como el ángulo de corte, etc.).
- Cartón de 1 a 2 capas: aprox. 30-60 % menos de esfuerzo con una hoja afilada.
- Lámina: aproximadamente un 50-80 % menos de esfuerzo con una hoja afilada, ya que la lámina se deforma especialmente.
- Flejado con plástico: aproximadamente entre un 40 % y un 70 % menos de esfuerzo con una hoja afilada, ya que los flejes son especialmente resistentes.
- Espuma/poliestireno: aprox. 20-50 % menos de esfuerzo con una hoja afilada.



Las hojas afiladas no se deslizan tan fácilmente.
Un error muy extendido es pensar que «los cuchillos afilados son más peligrosos porque es más fácil cortarse con ellos». En realidad, ocurre justo lo contrario.
Una hoja afilada corta el material sin tirones ni bloqueos. De este modo, el movimiento se mantiene uniforme, suave y predecible, lo que supone una ventaja decisiva en materia de seguridad.
Por el contrario, una hoja roma suele atascarse y soltarse de repente. La energía acumulada hace que el cuchillo se desplace hacia delante de forma incontrolada, a menudo hacia la mano o el cuerpo. El riesgo de que la hoja se deslice y golpee al usuario aumenta considerablemente.
Según un estudio estadounidense del Consejo Nacional de Seguridad, los accidentes laborales con cuchillos romos son un 40 % más frecuentes que con hojas afiladas. Organizaciones de seguridad laboral como la DGUV y la HSE UK señalan que las herramientas de corte romas son una de las causas más frecuentes de lesiones en las manos. La recomendación es clara: utilizar hojas afiladas desde el principio y cambiar regularmente para evitar resbalones.
Las hojas afiladas causan menos lesiones por corte graves.
Cualquier lesión por corte es dolorosa y uno es demasiado, no hay nada que lo disimule. Pero, por paradójico que parezca, los médicos y los responsables de seguridad confirman que un corte accidental con una cuchilla roma suele provocar heridas irregulares y contusas que cicatrizan peor y conllevan un mayor riesgo de infección. Las heridas por corte lisas se cierran más rápido y causan menos daños permanentes que las heridas por corte con herramientas romas.
La mejor combinación: hojas afiladas en un cuchillo de seguridadcuchillo de seguridad de alta calidad.
Conclusión: el afilado es seguro, sobre todo si se utilizan las herramientas adecuadas.
Hoja afilada
- Cortar con precisión y sin dañar el material.
- requieren menos fuerza,
- Reducen el riesgo de resbalones y lesiones.
- En caso de accidente, suelen provocar lesiones menos graves.
Por lo tanto, la combinación ideal consiste en una hoja afilada y de alta calidad y un cuchillo de seguridadcuchillo de seguridadcuchillo de seguridad con certificación GS, que incorpora una técnica de seguridad muy eficaz. Esta protege la hoja afilada de forma segura o la retrae a tiempo en el mango.
Por eso, en MARTOR afirmamos que, para cortar de forma eficaz, la hoja DEBE estar lo más afilada posible. También PUEDE estar lo más afilada posible, ya que el usuario puede confiar en la seguridad del mango MARTOR. Además, hemos diseñado el cambio de hoja de la forma más sencilla y segura posible, para que siempre se disponga de un filo nuevo sin problemas.



